En nuestro blog ya hemos hablado en varias ocasiones del apantallamiento o blindaje de la guitarra. Este proceso trata de eliminar el fastidioso ruido de masa (ya sabéis, ese que al tocar con la mano cualquier parte metálica de la guitarra parece que desaparece), pero en este caso vamos a mostraros una fantástica Gibson LesPaul Special con pastillas P-90 que forma parte de una edición limitada debido a que no es una guitarra para su venta en tienda, sino que es un prototipo de muestra, tal y como podéis ver en las indicaciones del dorso de la pala, justo debajo del nº de serie, en el que pone: «PROMOTIONAL, NOT FOR RESALE«, así que se puede decir que tenemos entre manos una reliquia a la que vamos a quitarle el ruido de masa.
Lo primero que vamos a hacer, es quitar los botones de los potenciómetros para poder acceder a las tuercas de los mismos. Quitaremos la tapa trasera que guarda la electrónica de la guitarra donde se alojan los potes y el cableado, también lo haremos con la del selector de posiciones.
Después aflojamos las tuercas de los potes hasta extraerlas y poder sacar la placa metálica que los aloja y sostiene en la cavidad de la electrónica.
También aflojaremos las cuerdas para poder acceder a la extracción de las pastillas y así liberar las 2 cavidades que las contienen. De paso, podéis fijaros en lo curiosas que son las P-90 sin su típica tapa negra (en otros casos es de color crema). Las P-90 son unas pastillas de las denominadas «Single coil» o simple bobinado, que al contrario de las «Humbuckers» (o doble bobinado) suelen ser más cálidas, pero a la vez más ruidosas. Por eso es conveniente, si el cliente así lo desea, proceder a esta labor de apantallamiento que permitirá eliminar el ruido de masa (no confundir con el ruido propio de la pastilla, y que muchas veces tiene que ver con el acople, no en vano, en Francés, a las pastillas se le llaman «Micros». Este tipo de problema suele solucionarse encerándolas con cera líquida caliente, pero eso es otro capítulo).
Ahora ya tenemos todas las cavidades libres para proceder a colocar el cobre en cada una de ellas (pastillas, selector y potes).
Esta operación es delicada, ya que hay que encajar el cobre muy bien en cada una de las paredes de las cavidades, de esa forma lograremos que al volver a colocar las pastillas y la electrónica, todo coincida perfectamente y no toque con ninguna parte que pueda producir contactos indeseados. Además, para ayudar a que la unión del cobre sea perfecta, iremos soldando cada curva y unión de los trozos del mismo.
Una de las cosas importantes a tener en cuenta, es que cada cavidad deberá ir interconectada entre si, y para ello deberemos pasar un cable que las una entre ellas. Una vez hecho esto, procedemos a comprobar con el tester si la continuidad entre las cavidades de pastilla, selector y potenciómetros es correcta.
Una parte fundamental es unir todas las masas a un solo punto, sin olvidar que una de estas uniones deberá ir directamente conectada a cualquier parte metálica de la guitarra, habitualmente al puente, para que una vez puestas las cuerdas, estas se unan al clavijero y conecte las masas. Cuando la guitarra esté acabada, al tocar las cuerdas con la mano, no habrá diferencia de cuando no lo hagamos, ya que no seremos nosotros la derivación de masa, sino que lo es la propia caja de conexiones de la guitarra, ya que es en parte una caja de Faraday.
Pero para ello, antes hay que forrar de papel plata las tapas que cubren la cavidad del selector de posiciones y la de los potenciómetros. La plata es un buen aislante y el cobre un buen conductor, eso ayuda a que una vez cerradas las cajas, la corriente quede bien aislada, pero hay que dejar un punto de conexión entre el cobre y la plata. Eso se logra con el simple hecho de dejar una tirita de cobre que sobresalga de cada cavidad, y si es posible, hacerla coincidir con uno de los tornillos que cierran la tapa.
Una vez comprobado que todo está correcto, procederemos a volver a colocar las pastillas en su sitio, y procederemos a hacer una limpieza básica de la guitarra, aprovechando que aún no hemos puesto las cuerdas, le daremos una pasada de aceite de limón Formula 65 de Dunlop al mástil para lubricar y alimentar la madera de palo rosa (usar este producto solo en diapasones que no están lacados). También le daremos un repaso al lacado del cuerpo y dorso del mástil con un limpiador en spray especialmente concebido para esto, como es el Dunlop Formula 65 Guitar Polish & cleaner, de esta forma eliminaremos todas las huellas y residuos del manipulado de la operación, pero es importante usar una gamuza de microfibra para evitar rallar el lacado.
Para finalizar, recolocaremos los potenciómetros, el puente, el cordal y las cuerdas. Aprovecharemos también para nivelar el mástil antes de probar la guitarra definitivamente (queda claro que antes ya hemos comprobado que el apantallamiento funciona perfectamente).
Si todo se ha hecho como es debido, no notaremos el ruido de masa, aunque no tengamos contacto con la guitarra (recordad que antes de realizar este proceso de apantallamiento, el ruido de fondo solo desaparecía cuando tocábamos con las manos cualquier parte metálica del instrumento).
Aquí tenéis esta preciosa Gibson LesPaul Special con pastillas P-90 de serie limitada recién apantallada o blindada, o aislada, como queráis llamarle, lista para dar guerra durante años.